Con un PPA estás contratando un seguro de vida cuyo objetivo es constituir un capital de forma totalmente segura. Los PPA comparten con los PPI (Planes de Pensiones Individuales) la misma finalidad, esto es, complementar el sistema público de pensiones y contribuir a proporcionar a ti o a tu beneficiario una renta, en los casos de jubilación, fallecimiento, incapacidad laboral total y permanente para la profesión habitual o absoluta y permanente para todo tipo de trabajo y la gran invalidez, dependencia severa o gran dependencia y desempleo de larga duración; también comparte con los PPI muchas de sus características (exactamente las mismas en lo que se refiere al cobro de las prestaciones), así como las mismas ventajas fiscales, si bien, a diferencia de los PPI, deben garantizar por ley una rentabilidad concreta al vencimiento. Por lo tanto, son idóneos para quienes desean total seguridad para su ahorro.
Las aportaciones permiten una importante deducción fiscal inmediata, reduciendo directamente la base imponible del IRPF. El límite general de la reducción para el contribuyente es el 30% de sus rendimientos netos del trabajo y de sus actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio o 1.500 € anuales, la cantidad que resulte menor. El límite de las aportaciones realizadas a favor de cónyuges que no obtengan rendimientos del trabajo o de actividades económicas, o que los obtengan por cuantía inferior a 8.000 €, es de 1.000 € (que también dan derecho a reducir la base imponible del aportante).
El tomador puede ampliar las coberturas con capitales complementarios adicionales de fallecimiento e incapacidad absoluta y permanente.
Se pueden hacer aportaciones a diferentes PPA, modificar su periodicidad o cuantía, así como hacer aportaciones extraordinarias o, por el contrario, dejar de hacer aportaciones. También existe la posibilidad de traspasar la totalidad del ahorro acumulado a otros PPA, de la misma entidad o de otras, o incluso a un PPI, sin que tal operación quede sujeta a tributación fiscal.